El primero de ellos fue la marcha del terreno de juego del entrenador local: Néstor Clausen. Enfadado con sus jugadores, el técnico decidió irse a vestuarios para no seguir viendo lo que ocurría sobre el terreno de juego.
Lo que no sabía era que tan sólo cuatro minutos después Jorge Paredes haría el 2-3 para dejar el partido abierto en los últimos minutos. José Meza, a la heroica, marcó en el 85' y en el 92' para darle la vuelta al partido desatando la locura entre la hinchada local.
Cuando parecía que se iban a quedar con la victoria, Víctor Ábrego empató el encuentro en el minuto 93 para dejar el marcador en el 4-4 definitivo. Un gol que, si hubiera estado en el campo, no hubiera gustado nada a Clausen.