Los futbolistas blanquiazules salieron con otra actitud al terreno de juego. El cuadro catalán demostró compromiso e intensidad desde el primer minuto y con eso, dijo, se queda el preparador soriano. De todas formas, los resultados mandan y la reacción debe traducirse en números en la siguientes jornadas.
El gol del Villarreal llegó tras una ocasión extraña, con un rebote de por medio. No fue un desajuste defensivo a nivel táctico ni tampoco desconexión en el terreno de juego. El equipo se adaptó bien al sistema de tres centrales de Machín y en las siguientes jornadas, en principio, la asimilación debe ir a más.
De todos modos, en lo que sí sigue fallando el Espanyol es en el rendimiento de cara a portería. Aunque los 'pericos' disfrutaron de ocasiones, con algunos balones al poste, la puntería todavía se echa de menos. La buena noticia es que el técnico ya cuenta con los delanteros Calleri y Ferreyra, antes lesionados.
Otra de las asignaturas pendientes del cuadro blanquiazul es su actuación como local. El equipo es el único de Primera División que todavía no ha sumado ningún punto en su estadio. Además, es el bloque más goleado, con once dianas en contra, y el menos realizador, con solo un tanto a favor.
La afición, por su parte, dio tregua a los suyos. Los seguidores acabaron visiblemente molestos en la etapa David Gallego, pero el domingo su actitud fue constructiva y animaron hasta el final. Todos entienden, y también el vestuario y el cuerpo técnico, que en el primer día no llegarán los resultados.
La etapa de Machín, de esta forma, arranca con buenas sensaciones, pero sin resultados. Es pronto para evaluar el relevo en el banquillo. Sin embargo, el calendario apremia: este jueves, el Espanyol se mide al Ludogorets en la Europa League, en Bulgaria, y el domingo visita al Levante.