El Girona se hizo con tres puntos vitales para presentar de nuevo su candidatura al ascenso y a estar en el 'play off' de ascenso en un partido que pasó de ser entretenido a ser una locura. El gol -más bien golazo- lo puso Stuani con polémica y el enfrentamiento no tuvo fútbol prácticamente en la segunda parte.
Comenzó el duelo con los catalanes sabiéndose superiores y efectuando llegadas. En cuanto sus rivales tuvieron un par de ocasiones, demostraron que también podían ser muy incisivos: tuvo que hacerse Riesgo un paradón para salvar un mano a mano con Caye.
El que no perdona es Stuani. Recibió un pase en profundidad botando y, de primeras, superó a Biel Ribas con una vaselina deliciosa. El árbitro podría haberlo anulado perfectamente porque, al principio de la jugada, Gumbau controló la bola con la mano, pero no lo consideró punible.
Desde entonces, se igualó la contienda y los 'kirikos' tuvieron mejores oportunidades para empatar que sus contrincantes para ampliar la ventaja. Volvió a aparecer Riesgo para responder con un rotundo "no": mano providencial a un otro tiro cercano de Caye.
En la segunda mitad, los jugadores del Girona empezaron a caer como moscas. Mojica estuvo cerca de hacerse mucho daño en la rodilla en una acción aérea con Hugo Fraile y Miquel tuvo que ser sustituido tras recibir una patada de Nteka, que intentaba rematar una pelota.
Pero eso era solo el principio: el colegiado expulsó a Cristóbal por una entrada con la plantilla por delante a Granell, pero, como no le dio, anuló su decisión cuando el futbolista estaba ya a punto de ducharse. Conforme volvió al campo, se encaró con Gumbau, así que le sacaron otra amarilla -la segunda- y esta vez sí que se fue expulsado.
Estas polémicas hicieron que prácticamente no se viera fútbol en toda la segunda mitad. La oportunidad más reseñable fue un mano a mano que Stuani desperdició totalmente al intentar una vaselina sin ganas ante Ribas. Se acabó llevando los puntos el cuadro de Lluís Martí.