Los tópicos cansan, aburren e, incluso, llegan a saturar. Sin embargo, el fútbol siempre demuestra que está hecho de ellos. "El que perdona lo paga", "Riazor siempre castiga los errores"... Pues ahí está.
No se puede hacer más para ganar un partido que lo que hizo el Mallorca en Riazor. Bueno sí, marcar, ya que las tuvo de todos los colores, pero Dani Giménez se encargó de cerrar la portería gallega y tirar la llave al río.
La primera mitad estuvo más o menos igualada. El Dépor, al que solo le valía la victoria para seguir soñando con el ascenso, dominó hasta lo que le dio la gasolina de la ilusión inicial. Enfrente, un Mallorca regular durante todo el partido y sin amilanarse.
Al igual que Dani Giménez en la portería local, Manolo Reina mantuvo con vida a los suyos gracias a sendas estiradas a disparos de Cartabia, Carlos Fernández y Borja Valle. Quique, algo más desaparecido, se lesionó y tuvo que ser retirado en los últimos del encuentro.
Por el otro área, el Mallorca llegaba por el motor incombustible de la banda izquierda más veloz de la categoría. Lago Junior destrozó en algunas fases del partido a Eneko Bóveda, con la ayuda de una daga ecuatoriana llamada Estupiñán.
Claro dominio mallorquín
Sin embargo, el Deportivo se quedó en el vestuario. No reaccionó prácticamente en todo el segundo tiempo a las clases de fútbol y de táctica de Vicente Moreno y sus pupilos. Abdón entró para acompañar a Budimir y eso era un acoso y derribo.
El delantero croata se marchó desesperado de La Coruña. En una acción rápida por la izquierda, Dani Giménez terminó sacando una mano a disparo suyo que si el Dépor asciende quedará grabado en el libro de historia blanquiazul.
Se sucedían los centros, córners, disparos, paredes y combinaciones bermellonas ante un cuadro de Pep Martí completamente agazapado en su área. Estaba desdibujado por completo. Pero, como se ha señalado anteriormente, el que perdona...
Y la última fue para Estupiñán, que perdonó un mano a mano solo inmejorable. Transcurridos cuatro minutos de tiempo añadido, penalti tan claro como innecesario de Valjent sobre Nahuel y Carlos Fernández prolonga el sueño del ascenso. Esto no para. El Mallorca pierde la oportunidad de matar a la bestia. Agárrense porque vienen curvas por el ascenso.