Fue uno de los jugadores más sorprendentes del Borussia Dortmund de Klopp, pero la suerte no le ha sonreído en los últimos tiempos.
Salió del equipo buscando la gloria en Turquía y pasó sin pena ni gloria por el Galatasaray, acabando en el Stuttgart y jugando en Segunda División con el histórico alemán tras el descenso.
Pero el destino le tenía reservado aún un golpe más. Salió de fiesta con los más jóvenes del equipo y le agredieron unos aficionados, destapándose su salida nocturna y quedando automáticamente despedido del Stuttgart.
Así ha llegado a su situación actual Grosskreutz, que ha rogado al Borussia Dortmund poder empezar de cero entrenando con el filial.
El jugador quiere así mantenerse en forma para encontrar un nuevo equipo en verano. Una carrera que pudo explotar, pero que por ahora encaminó una cuesta abajo brutal.