El fútbol ha sido muy cruel con una de las perlas que tiene el fútbol luxemburgués. El joven defensor de 18 años Dirk Carlson tuvo que salir del partido ante Bielorrusia llorando.
En el minuto 44, el colegiado del encuentro le mostró la segunda cartulina amarilla y no tuvo más reparo que agachar la cabeza con síntomas de culpabilidad por la falta que cometió.