Noruega se había adelantado con un claro gol en fuera de juego de Johnsen, pero Suecia -que fue mejor frente a un rival demasiado reservón- supo remontar y colocarse por delante con dos tantos de Robin Quaison. El gol agónico de Kamara de cabeza en un córner en la última jugada amargó lo que ya parecía una fiesta sueca.
El punto sitúa a Suecia segunda, por detrás de España, y con las opciones intactas de clasificarse para la Eurocopa 2020.
Los dos equipos presentaban dos novedades con respecto a los onces titulares de sus últimos compromisos: Mohamed Elyounoussi y Johnsen, por Noruega; Ekdal y Krafth por Suecia.
Hasta tres bajas tenían los suecos, especialmente sensibles las del central Lindelöf -ausente por paternidad- y el interior Forsberg, su mejor jugador y con problemas físicos, en medio de especulaciones de los medios suecos sobre supuestos problemas de estos jugadores con el técnico 'Janne' Andersson.
Suecia fue mejor en la primera parte, llevó el peso del partido y tuvo más ocasiones que una Noruega que se dedicó a mantener el orden y esperar alguna contra para sorprender a su rival.
Así pudo King adelantar a su equipo en dos oportunidades en el primer cuarto de hora: un uno contra uno esquinado en del área tras una contra magnífica de Odegaard y un cabezazo forzado al larguero.
Pero Suecia se repuso del susto y manejó con autoridad el resto del primer tiempo. Hasta tres veces se quedaron los suecos delante de Jarstein, pero Claesson, Larsson y Quaison perdonaron.
Y Noruega aprovechó su tercer acercamiento al área para hacer el 1-0 en un balón que cazó en boca de gol Johnsen, situado por detrás del portero y con solo un defensor entre él y la portería. Pero la ausencia de VAR impidió que fuera anulado.
El gol afianzó a Noruega, bien asentada en su campo y esperando algún error sueco para lanzar una contra. Así llegó el segundo tanto, en una pérdida de Ekdal que King, que había iniciado la jugada recuperando la pelota, cabeceó a gol.
Ekdal pudo empatar pocos minutos después, pero su tiro se fue al palo. Y el mediocentro de la Sampdoria, siempre entre algodones con su selección, se tuvo que retirar lesionado por un golpe en la rodilla.
Suecia, que para entonces ya jugaba con tres delanteros -con Isak como falso extremo-, volvió al partido con el gol de Claesson, que cazó el rechace de Jarstein al penalti tirado por Granqvist.
Y, un minuto después, el portero noruego salvó el empate en un cabezazo a bocajarro de Quaison.
Noruega aguantaba con ciertos apuros, pero el arreón final de los suecos, con los dos goles de Quaison, castigaron su conservadurismo. Hasta que apareció Kamara y rescató un punto en un partido que ya parecía perdido.
También fue de infarto el final del Suiza-Dinamarca. El combinado alpino ganaba por 3-0 en el minuto 84, tantos obra de Freuler (19'), Xhaka (66') y Breel Embolo (76'), y nada hacía presagiar lo que los últimos minutos de partido nos tenían reservado.
Jorgensen recortó distancias en el citado minuto 84, y Dinamarca se vino arriba. Gytkjær hizo el segundo danés y en el minuto 90, Dalsgaard daba la sorpresa empatando un partido que seis antes perdían los nórdicos por tres goles.
Y qué decir del Bosnia-Grecia. Los balcánicos estaban dando la sorpresa, pues en sólo 15 minutos ganaban 2-0 al combinado helénico. Visca y Pjanic habían hecho los goles bosnios, y en el 65', Fortounis recortaba distancias para Grecia.
Fue en el 85', de nuevo cuando el partido agonizaba, cuando Kolovos hacía el gol que dejaba con la miel en los labios a uno de los equipos y daba un alegre punto a otro que ya se veía derrotado.