No solo da segundas oportunidades el fútbol, también da terceras, cuartas... y todas las que cualquier jugador acabe aceptando. En agosto de 2018, el destino hizo justicia y el Villarreal anunció que "volvía la magia", que Cazorla regresaba al fútbol de primer nivel.
Atrás quedaban dos años tratando en el infierno una lesión que habría podido con muchos, pero no acabó con las ganas que tenía el 'mago' de volver a sentirse futbolista. Fueron diez operaciones y una infección en el tendón de aquiles... nada dejaba buenos pronósticos.
La situación se vivió con pesimismo desde fuera, pero Cazorla siempre estuvo por delante de las limitaciones y las complicaciones y su carrera recuperó la grandeza. Su destino pasó a escribirse por un guionista de una película de autosuperación.
Entrenó con Unionistas, Salmantino y Oviedo para ir cogiendo tono. Un futbolista de su categoría, que llegaba de romper el corazón a los aficionados del Arsenal en su despedida y que conquistó Europa con la Selección Española, llegó a entrenar en Tercera División. Humildad pura que venía con la llave del éxito en el bolsillo.
Adquirió el tono necesario para afrontar el mayor reto de su carrera y la temporada fue en ascenso para él. Pasó por momentos complicados de la mano del Villarreal, pero el 'submarino amarillo' despertó a tiempo y pudo salvar la categoría con un acelerón increíble en el tramo final de la temporada. Objetivo cumplido.
La salvación fue el broche de oro al curso, pero el destino le reservaba una alegría igual o más grande aún a Cazorla. Regresó a la Selección, fue la gran novedad y sus palabras lo dicen todo: "Es como cuando me llamaron por primera vez".