Mayoral adelantó al Real Madrid pasada la media hora de encuentro, al rematar a puerta vacía un centro de Dani Fernández. Pero lo realmente espectacular llegó pocos minutos después.
Recibió un balón en tres cuartos de cancha y no dudó a la hora de meterse hasta la cocina, ante una mezcla de pasividad e impotencia por parte de la defensa rival, más preocupada por no trabarle y cometer una falta peligrosa o, peor aún, un penalti, que por frenarle.
Los dos goles dieron una cierta tranquilidad a los de Solaria, que el Manchester City hizo que se esfumase con el gol de Rickets, a la hora de partido.
Vivió sus minutos más tensos el conjunto blanco a partir de entonces, y la preocupación duró hasta casi el final del encuentro, cuando Hakimi anotó el tercero, el gol de la auténtica tranquilidad.
Con el partido resuelto, Tasende vio la roja directa y dejó al City con 10. El Madrid se medirá en cuartos al ganador del Pribram-Benfica que se juega mañana a las cinco de la tarde.