Este lunes, un país africano de poco más de cuatro millones de habitantes vivirá un momento único en la historia del fútbol de su país.
Mauritania jugará su primer partido en una Copa África ante toda una selección clásica como Mali.
El resultado será lo de menos, ya que la mera presencia de Mauritania en esta fase final es ya todo un éxito sin precedentes en un país que ha sufrido dos golpes golpes de estado desde 2005.
Una situación política inestable para un país y una población que han visto en su equipo de fútbol un espejo en el que mirarse.
Y es que Mauritania ha pasado en poco menos de siete años de estar suspendida por la FIFA y la CAF (por retirarse de unos duelos clasificatorios para una Copa de África anterior) a ser una de las selecciones que aspira al trono continental.
Este milagro, como bien recuerda 'Marca', se debe en gran medida al papel de Ahmed Ould Abderramán, presidente de la Federación, y Aziz Boughourbal, presidente del FC Nouadhiboa (club más importante del país).
Ambos apostaron fuerte por el fútbol nacional (en cuanto a medios, preparación, desarrollo...) y su esfuerzo (junto al de otras piezas importantes como Corentin Martins y Luis Fuertes, seleccionador nacional y secretario técnico de la Federación, respectivamente) ha hecho posible que este 24 de junio de 2019 toda Mauritania se sienta orgullosa de su selección.