Southampton y Bournemouth llegaban igualados en la tabla al partido. Pero las sensaciones desde los primeros minutos fueron bien distintas.
Los locales, un equipo con sobrada tradición en la Premier, fueron presos de su propia ansiedad. Tuvieron el balón, sí, pero no lo supieron llevar a las zonas donde hace daño.
Sin embargo, el Bournemouth, un modesto que sobrevive cada año pese a las dudas externas, fue letal. Llegó a marcar tres tantos en la primera parte, pero el VAR le ahorró uno a los 'saints'.
Aké hizo subir el primer tanto al marcador en el minuto 10. El central emuló aquel cabezazo de Puyol ante Alemania en el Mundial. Entró desde atrás como una locomotora y alojó el balón en la portería.
King batió a Gunn en el 26', pero el tanto fue anulado por fuera de juego. El que sí tuvo validez fue el de Harry Wilson, en el 35'. El '22' agradeció en forma del 2-0 un buen pase atrás de Billing y dejó tocado al Southampton al descanso.
Reaccionarían los locales en el segundo tiempo. Los 'saints' se volcaron hacia la meta de Ramsdale y fruto de ello llegó el 1-2. Fue a los siete minutos del segundo periodo cuando Ward-Prowse transformó un penalti para darle alas a los suyos.
Las tuvo el equipo entrenado por Ralph Hasenhüttl, pero entre el meta visitante y la escasa puntería de sus hombres, el segundo tanto local nunca llegó.
Pero sí lo hizo el tercero del Bournemouth (que curiosamente ha vivido cuatro 3-1 en sus últimos cuatro encuentros, dos a favor y dos en contra). La asistencia fue del portero Ramsdale, que con un saque en largo quiso encontrar a Callum Wilson. Este parecía no llegar, pero una inexplicable confusión entre el meta local y su defensa le regaló el tanto a Wilson.
Con diez puntos, los de Eddie Howe pasarán la noche en la tercera plaza, mientras que las siete unidades del Southampton le podrían llevar a la parte baja de la tabla.