Caer en un derbi tan eterno como el 'Old Firm', y hacerlo sin ver puerta, siempre causa humillación. Hacerlo a domicilio, ante miles de personas que ejercen un recibimiento hostil, es más complicado. Y si, además el equipo local descarta una tradición tan arraigada como es el pasillo al campeón...
El 'Old Firm' comenzó bastante antes de que rodara el balón por el césped del Ibrox Stadium. Lo hizo cuando en el seno del vestuario del Rangers se sometió a votación si hacer o no pasillo al Celtic después de que el equipo se coronara campeón de la Liga Escocesa.
No hubo consenso y la octava Liga consecutiva del Celtic se quedó sin reconocimiento por parte del eterno rival. Quizás esa condición empoderó al Rangers, que saltó al campo a comerse el partido desde el primer segundo de juego y supo anular al flamante campeón.
El Celtic solo fue mejor a la hora de mover el balón, pero lo hizo sin prácticamente peligro. El Rangers, con mucha electricidad y fuerza en la delantera, causó estragos en la zaga visitante desde muy temprano. De hecho, en el minuto dos ya ganaba el Rangers gracias a un gol de Tavernier.
La tónica del choque fue constante. El descanso supuso un alivio para un Celtic asediado pero que resistía el 1-0... aunque el marcador se movió de nuevo en el 63' gracias al gol de Arfield, el segundo y definitivo del choque que acabó decidiendo un 'Old Firm' marcado por la polémica del pasillo.