Si alguien mereció el triunfo hoy fue el Freiburg. Suya fue la posesión del balón y los disparos, aunque curiosamente el Hamburgo chutó más entre los tres palos que su rival.
El Freiburg fue por momentos superior. Sobre todo en torno a la primera media hora de partido, en la recta final del primer tiempo y en los primeros compases del segundo.
Pero la igualdad fue total hoy. El Hamburgo realizó un partido sublime en defensa, sin un solo error, lo que frustró una tras otra cada ocasión de los rivales.
Y tras el pitido final, la desilusión. Un punto que es pan para hoy y hambre para mañana para estos dos equipos, metidos de lleno en la lucha por la permanencia.