Es uno de los jugadores de moda. En el Barça, en LaLiga, en el planeta fútbol. Es protagonista hasta cuando los focos no le apuntan. Porque Valverde lo reservó ante el Rayo pensando en la Champions, pero tiró de él en los minutos para apuntalar el triunfo. En unos minutos le dio tiempo a hacer historia.
Porque salió y tejió una preciosa jugada con Luis Suárez, un tuya-mía dentro del área que el charrúa finalizó marcando a placer. Ello supuso su asistencia número 20 con la camiseta del Barça; el medio centenar sumando las 30 que había completado tras cuatro años en el Sevilla.
Fue la segunda de este año, para igualar el mínimo que ha producido con la elástica azulgrana, en la temporada 15-16. En la primera tocó techo, llegó hasta las siete.
Rakitic firmó por el Barcelona con la vitola de magnífico llegador. No en vano, en su último año como sevillista consiguió sus mejores cifras: 15 goles y 13 asistencias.
Sin embargo, en el Camp Nou ha ido viviendo estos últimos años un máster para retrasar su posición hacia el mediocentro. Comoquiera que no ha perdido sus orígenes ni su instinto, el resultado es que el Barcelona ha modelado con el croata a un jugador total. No es casualidad que tenga embelesado a Ernesto Valverde.
De ahí que cada vez más se hable de la importancia de renovar el contrato del subcampeón del mundo. Eso sí, hay algunas voces internas que se plantean si ha llegado el momento de hacer caja por un futbolista que está en la treintena y cuya ausencia ya cubrirían otros talentos más jóvenes, como De Jong o Arthur.
9 de marzo de 2019