El verbo jugar, aquí más que nunca, cobró todo su sentido. El PSG parecía no tener que tomarse el partido mucho más en serio que una tarde de juegos en el parque. Lo hizo en el de los Príncipes para seguir siendo el rey.
Y eso que los locales, conscientes de su superioridad, sí que tuvieron algún susto al inicio. El Lille hizo el amago de ofrecer una resistencia que se fue por donde vino. Un paradón de Keylor Navas diluyó el espejismo visitante, que no aparecería hasta alguna llegada aislada en el segundo tiempo.
Icardi se encargó de abrir el marcador a los 17 minutos. Mauro sigue de dulce y sumó su décimo gol en once partido al remachar un pase de la muerte de Gueye. Sin duda, le ha ganado la partido a Cavani, que apenas tuvo 15 minutos en la recta final.
El gol relajó a un PSG que, sin embargo, amplió la ventaja a la media hora de juego. Di María regaló una perfecta definición tras una arrancada de Neymar por el centro y el pase de Draxler. El alemán estuvo más participativo que nunca y sólo la mala fortuna le dejó sin marcar.
El Lille apenas metía miedo con algún balón al área en busca de Luiz Gustavo. El delantero no pudo hacer olvidar a Osimhen, la revelación del campeonato. El goleador se perdió el partido por sanción, algo que notó en demasía el cuadro visitante.
Llegó el descanso y, al igual que en la primera mitad, el PSG volvió a sufrir alguna llegada del rival. Pero de nuevo duró menos de lo que habría querido Christophe Galtier, técnico del Lille.
La segunda parte se animó con dos ocasiones de Draxler y una de Luiz Gustavo antes del 60'. Keylor volvió a aparecer de forma efectiva, algo nada fácil para un portero que recibe apenas tres remates en 90 minutos.
Neymar, que estuvo muy lejos del '10' que porta y las ilusiones que crea, abandonó el partido en el minuto 65. Mbappé fue el relevo de un jugador que no era titular desde el pasado 5 de octubre. Quedó patente que encesita minutos de competición para ser el que todos desean que sea.
Si apenas se vieron gotas de sudor en la frente del PSG hasta aquí, la recta final fue aún más cómoda. Solo Rémy, que salió desde el banquillo, asustó a los del Parque de los Príncipes, que pudieron ampliar el marcador si no llega a ser por un poste que le negó el tanto a Draxler en el minuto 83.
El 2-0 final deja a los parisinos en lo más alto de la tabla con 33 puntos. El encuentro fue una muestra más de lo pequeña que, en muchas ocasiones, se les queda la Ligue 1 a los de Thomas Tuchel, que apuntalaron el liderato con una tarde plácida y casi de juegos en el parque.