Y eso que el 'Muñeco' ya sabía lo que era alzar el máximo torneo continental de clubes. Eso sí, no de esa forma y ante el gran rival, que tuvo que hacer frente a varios cambios para poder luchar con garantías por la revancha.
Todo lo contrario que en Núñez donde, a seis meses vista, la vida sigue igual. Hubo que pasar por momentos complejos en lo deportivo, lesiones duraderas, presentaciones de nuevos futbolistas e incluso títulos que agrandaron las vitrinas del club.
Esto último no se pudo dar en el Mundial de Clubes. River cayó en la primera semifinal ante el Al-Ain y se despidió del torneo con un 4-0 ante el Kashima Antlers.
Entonces llegaron las celebraciones del título con los aficionados y la despedida del 'Pity', que ponía rumbo a la MLS. Con partidos aplazados que recuperar, rápidamente comenzó de nuevo la competición, mezcla de buenas y malas sensaciones.
Las lesiones de Casco, Palacios y, sobre todo, la de larga duración de Quintero, empobrecieron la plantilla, que sufrió en Copa Libertadores y en la Superliga, si bien en ambas competiciones logró un desenlace con final feliz dentro de los parámetros establecidos.
El momento culmen de este primer semestre de competición en 'clave River' llegó con la consecución de la Recopa Sudamericana, un trofeo que le arrebataron a Athletico Paranaense con un 3-0 en el Monumental gracias a una gran actuación, principalmente, de Lucas Pratto.
El sabor agridulce lo trajo la Copa de la Superliga, donde pasó sin pena ni gloria. No obstante, la balanza de River en los últimos años es positiva, viviendo años de bonanza y calma al gozar de un proyecto con muy buena salud. Sólo la marcha de Gallardo propiciaría un brusco giro en los acontecimientos...