No hay quien pueda con la Selección de Bélgica. Ya solo le quedan dos rivales que quitarse del medio para acabar la clasificación con pleno de victorias después de pasar por encima de una Kazajistán a la que se le vio con ganas, con intención, pero a la que se le notó el nivel más inferior.
Empezaron los kazajos con una clara estrategia que poco a poco se fue diluyendo por el empuje belga. Presionar alto para complicar la salida de balón fue un plan que no tuvo sus frutos con la primera llegada de Mertens.
Porque Bélgica salió con todo su arsenal para evitar una sorpresa y dar que hablar cuando ya tiene el trabajo más que hecho. Su objetivo ya no es la clasificación, es ganarlo todo.
Batshuayi apareció entre las nubes en un despiste de la defensa y en el segundo palo remató un pase medido con escuadra y cartabón de Praet. Fue un monólogo.
La posesión global rozó el 70%, aunque no hubo una lluvia de golpes. Se notó el dominio de Bélgica, y eso se notó en un Hazard que hasta se atrevió a hacer una rabona en medio de la primera parte.
Fedin se llevó las manos a la cabeza como síntoma de una Kazajistán que sabía que no podía fallar las pocas ocasiones que iba a tener, y así fue. La falta de efectividad pasó factura.
Siguieron los belgas a medio gas y cuando decidieron apretar cayó el segundo, que ya fue definitivo. Hazard sacó la varita, trasladando el balón hacia las botas de Meunier en un pase por alto y en profundidad que lo dejó completamente solo.
El lateral no perdonó y firmó el segundo con un disparo ajustado, aunque Kazajistán no bajó los brazos e intentó poner, al menos, un gol como maquillaje.
Courtois frenó un fuerte lanzamiento de libre directo y Vorogovskiy se puso de rodillas, como lo hizo el que fue el 'sparring' de Bélgica, cuando una volea se marchó como las posibilidades de remontar. Bélgica manda.