Emanuel Balbo perdió la vida después de la golpiza y la posterior precipitación al vacío por parte de unos aficionados.
La citada fuente recogió el testimonio de uno de los testigos que estuvieron presentes en el suceso y afirmó que el grito "es de Talleres" fue el detonante de todo.
"Yo estaba a 15 metros y lo escuché gritar al cobarde, asesino hijo de p***. Yo lo escuché gritar, perdonen la palabra, 'este culiado es de Talleres'. Yo lo escuché como lo escuchamos los que estábamos en la grada Norte", comentó.
"Este cobarde estaba con un grupo de gente que automáticamente lo empezaron a agredir y no dio tiempo a nada. Fue premeditado, lo que se gritó se gritó totalmente premeditado. Si era de Talleres, ¿qué pasaba? Era un ser humano. Esto no tiene nombre", concluyó.