El choque comenzó de la peor manera posible para los visitantes, pues recibieron el primer gol en el 3' gracias a un gran remate de Khazri a una falta botada desde el lateral del campo. Un golpe muy doloroso -y tempranero- que condicionó el comportamiento de los de Van Gaal.
Aunque la respuesta inmediata del United fue intentar empatar, la igualdad en el marcador no llegó hasta el 39' gracias a un gol de Martial, que cazó un rechace del portero en el área pequeña y definió a placer. Los 'diablos rojos' comenzaban a tener la posesión, pero sus jugadas de ataque estaban muy lejos de intimidar a los locales.
El partido se fue al descanso entre un vaivén de ocasiones provocadas por ambos conjuntos. En la segunda mitad la tónica volvió a ser la misma: el United malgastaba sus posesiones con unas jugadas ofensivas casi infantiles. Adentrada ya la media hora del partido, el United sufrió un lavado de cara con la entrada de Memphis Depay, que revolucionó un poco la punta de ataque.
Pero este partido era para los locales, que esperaban minuto a minuto su oportunidad saliendo a la contra y creando peligro. El gol definitivo de la victoria 'black cat' lo marcaría, paradójicamente, un jugador del Manchester United: David de Gea. El guardameta se estiró para interceptar un cabezazo de Lamine Kone pero tuvo la mala suerte de empujar con el cuerpo la pelota dentro de la portería.
Con este resultado, el Sunderland coge un poco de aire y se sitúa a tan solo un punto de la permanencia. Por su parte, el United, se descuelga un poco de las plazas de Champions, situándose a seis puntos del City.