La pretemporada del Zenit empieza con un partido sin acabar. ¿El motivo? Unos patos y la lluvia.
El Ludogorets y el Zenit saltaban al terreno del juego y, de repente, las aves aparecieron de la nada. El árbitro trató de sacarlas del terreno de juego con el silbato, pero no estaban muy por la labor.
Después de muchos intentos, consiguieron que los patos abandonaran el terreno de juego. Sin embargo, la cosa no acabó ahí. Cuando todo parecía estar bajo control, la lluvia hizo acto de presencia y el campo se encharcó.
Todos coincidieron en que los patos y la lluvia eran señales del destino para que el partido terminara, así que el árbitro decidió poner fin al amistoso más raro de la historia del Zenit.