Dos equipos sumidos en dos luchas totalmente diferentes. En un lado, un Oviedo que lucha por la salvación pero que ha visto cómo el Deportivo ha revivido. En el otro, una SD Huesca que ve caer al Cádiz y sueña con el ascenso directo.
Fue el conjunto altoaragonés el que buscó más el gol durante el primer tiempo. Pese al ritmo cansino y lento en algunas ocasiones sobre el Tartiere, la emoción y la lucha por los puntos hizo del choque algo apetecible de ver.
La ocasión más clara de la SD Huesca llegó por medio del debutante Rafa Mir. El delantero recibió un centro de David Ferreiro, marcó pero cómo el linier invalidaba la acción por estar adelantado.
El juego se reanimó tras el paso por los vestuarios. El Oviedo, con más miedo que ímpetu, vio cómo poco a poco se le acercaba la SD Huesca a la portería de otro debutante, un Lunin que sacó un balón muy peligroso de Josué Sa.
Acto seguido, en la misma jugada, Eugeni mandó el balón a las mallas, pero tuvo que esperar a la intervención del VAR para ver cómo el tanto subía al marcador del Carlos Tartiere.
El Oviedo no tuvo capacidad de reacción en el encuentro. Le pesó demasiado el tanto al conjunto ovetense, incapaz de crear peligro en la portería de un Álvaro Fernández que tuvo un partido tranquilo hasta el tiempo añadido.
Fue ahí donde apareció Ibra Baldé para hacer estallar las gradas del Carlos Tartiere. No despejó bien la defensa de la SD Huesca y recibió un balón filtrado de Carlos Hernández en el área para batir a Álvaro Fernández.
Con el tanto en el último suspiro, el Real Oviedo salió del descenso en el que le metió el Deportivo de la Coruña, y frustra a una SD Huesca que se quedó a un paso del ascenso directo.