Sin la salsa del fútbol, al menos la región más latina de Estados Unidos se dejó embaucar por el espíritu más puro del deporte rey en Sudamérica: una pasión desmedida a veces no correspondida por el espectáculo.
A medias. Si es verdad que al encuentro le faltó goles, no así el juego. Sobre todo por parte del bando 'cafetero', que a pesar de colocar un once plagado de suplentes proyectó sobre el verde mayor ambición.
Desde el minuto uno, los hombres de Carlos Queiroz demostraron más colmillo. Dudamel le dio la oportunidad a Hurtado de inicio, pero su soledad contagió al grupo y dificultó la conexión entre los jugadores de la 'Vinotinto'.
Las ocasiones se amontanaban en el cajón de estadísticas de Colombia, así como las escenas de jugadores llevándose las manos a la cabeza. Con la derecha, la zurda o de cabeza, el resultado era el mismo: nada.
Cuadrado y Borré fueron la cara y la cruz de la primera mitad... y del inicio de la segunda. El jugador de la Juventus fue el más activo del bando 'cafetero', pero cada una de sus buenas acciones eran desaprovechadas, principalmente, por el delantero de River.
Los buenos movimientos del punta 'millonario' no fueron acompañados esta vez por el acierto, la estadística peor parada del amistoso ante Venezuela. La 'Vinotinto', por su parte', se conformó con esperar y salir a la contra, una estrategia que estuvo a punto de salirle bien.
No obstante, el planteamiento de Rafael Dudamel sorprendió por su pesimismo. Si bien se trata de un equipo en claro ascenso con respecto a épocas anteriores, la escasa valentía que reflejó en Florida ensombrece las últimas fechas de trabajo del técnico.
La segunda parte arrancó con el mismo ritmo con el que acabaron los primeros 45 minutos, pero el carrusel de cambios terminó por entorpecer el ritmo del choque.
Al final 0-0 y el encuentro que parecía que terminaría por decidirse desde los once metros finalizó en empate. Quiso más Colombia que Venezuela, que no obstante sale más contenta de su visita a Estados Unidos.