Encuentro divertido e intenso el que dejaron el Chelsea y el Olympique de Lyon. Pero faltó algo. El balón no estuvo dispuesto a entrar en los 90 minutos y los penaltis pusieron orden.
La frialdad de los primeros minutos no anunció un partido movido. El Chelsea empezó a controlar el juego y el Olympique de Lyon a hacer daño a la contra. La velocidad de Depay, Traoré y Mariano era incontrolable.
Ellos llevaron las ocasiones a la portería de Bulka, que tuvo que estirarse en varias ocasiones en el primer tiempo. Todo el peligro lo ponía el conjunto francés, que se sentía muy cómodo en el terreno de juego.
El Chelsea parecía no olvidar la dura derrota ante el City de Guardiola, pero despertó justo antes del descanso. Una falta lanzada por Willian hizo que Lopes tuviera trabajo. Buen disparo y buena reacción.
Los papeles se intercambiaron en el segundo tiempo. El Chelsea mejoró defensivamente y dominó el esférico. Los franceses decayeron por el cansancio y apenas se asomaron al área rival.
Loftus-Cheek tuvo la más clara, pero quiso hacerlo bonito para encontrarse con el palo. Su vaselina no entró por muy poco. La entrada de Kanté dio alas a los de Sarri. El propio francés falló un mano a mano clamoroso.
Hazard también hizo acto de presencia, aunque no aportó en demasía. Todos sus intentos se quedaron en nada. Ambos equipos relajaron el ritmo en los últimos minutos y se conformaron con los penaltis.
Fue una duelo intenso. Divertido y con ocasiones claras para ambos. Pero en los últimos metros fallaron las piernas. El Chelsea se llevó el triunfo a través de los penaltis en una cita al que le faltó el champán.