Hubo pocos tiros a puerta en el partido. Tres, en total. Uno del Getafe en el primer tiempo y dos de Osasuna en el segundo. Y este, aunque no contabilizó por diversas razones. Para empezar, que la acción fue anulada, lo que hizo respirar de alivio a su protagonista, Chema.
Fue en un balón disputado en campo de Osasuna. Un rojillo fue al suelo a por él, y su toque al balón se convirtió en un pase entre líneas a la espalda de la defensa. Arnaiz y Chema corrieron a por la pelota.
El zaguero azulón llegó antes, y pateó el esférico. Su intención parecía ser dársela a David Soria, pero su golpeo fue más fuerte de lo esperado.
De hecho, superó de largo a su portero, y el balón se acabó colando en su propia portería. ¡Golazo desde 40 metros! Arnaiz lo celebraba, había provocado un gravísimo error del rival.
Pero la alegría le duró poco. El colegiado de la contienda lo anuló. Aparentemente, pitó falta en la presión que hizo el delantero rojillo al zaguero rival. Arnaiz cargó con el hombro y tiró al suelo a Chema.
Viendo la repetición, sí, la carga es desmedida, pero legal. Le carga desde el lateral, con el hombro, y Chema sale volando, desafiando las leyes de la física, porque se encontraba desequilibrado, tras haber golpeado el balón.
También puede ser que pitase fuera de juego, pero en ese supuesto hubiera entrado en acción el VAR, y no lo hizo. En el momento del pase, Arnaiz está en línea con Chema, y podría estar perfectamente adelantado.
Sea como fuere, y por la razón que fuese, Chema se libró de haber protagonizado el 'autogolazo' no ya de la jornada, sino de la temporada. Porque no todos los días se ve un gol en propia meta desde 40 metros.