Lloris, Sagna, Koscielny, Umtiti, Evra, Sissoko, Pogba, Matuidi, Payet, Griezmann y Giroud. En el banquillo estuvieron Mandanda, Costil, Jallet, Mangala, Digne, Rami, Schneiderlin, Kanté, Cabaye y Coman, Gignac y Martial, los tres cambios realizados.
Esos fueron los 23 franceses que cayeron ante Portugal en la final de la Eurocopa de 2016. Didier Deschamps, por una u otra razón (bien por las lesiones, bien por decisión técnica), alteró ligeramente esa convocatoria.
Pavard, Varane, Lucas, Mbappé, Areola, Sidibé, Kimpembe, Mendy, N'Zonzi, Tolisso, Fekir, Lemar, Dembélé y Thauvin fueron las caras nuevas. Muchos de ellos, jóvenes jugadores, promesas de futuro.
Es una generación de oro, de esas que salen una vez cada veinte años. Pero de las que amenazan con la tiranía durante al menos ocho.