El Real Madrid se llevó los tres puntos de su visita al Huesca, pero le costaron nuevamente una gran pérdida de confianza a nivel de juego tras un mal partido ante el colista.
Los pupilos de Solari volvieron a tener una mala tarde fuera de casa y sufrieron ante un equipo que incluso mereció puntuar ante el todopoderoso conjunto blanco.
En Huesca fue de nuevo evidente que varias piezas blancas siguen sin estar cerca de su mejor nivel y es necesaria una mejora casi inmediata de su rendimiento.
Y es que en pocos días el Madrid buscará renovar su cetro de campeón del mundo y, si todo va según los pronósticos, se medirá en la gran final a River Plate.
El conjunto de Marcelo Gallardo se proclamó este domingo campeón de la Libertadores tras superar a Boca Juniors en la gran final y volvió a dejar patente su imagen y estilo.
Los de Núñez son un equipo aguerrido, muy bien plantado y trabajado minuciosamente en el apartado táctico, un sello propio del 'Muñeco'.
Todos sus hombres saben de sus limitaciones y realizan la labor asignada para acabar consiguiendo, en la mayoría de veces, sus objetivos.
Estos roles no parecen estar ahora nada claros en un conjunto de Solari al que el mal momento de muchos de sus 'cracks' está dejando sin referentes.
En Huesca fue Bale el que con un acto de inspiración decantó la balanza, pero más allá de eso nadie dio el paso ni asumió responsabilidades en el campo.
Es por ello que el cuadro 'merengue' debe mejorar mucho estos días si quiere seguir haciendo historia y lograr su tercer Mundial de Clubes de manera consecutiva.
Un hecho que sería histórico y que, en caso de lograrse, podría suponer un colchón de confianza para que jugadores como Modric, Bale o Asensio vuelvan por sus fueros.