El cuento de Carlos Vela con la Real tuvo un final feliz. La sonrisa de Anoeta era la suya propia, la de un futbolista que decía adiós a un equipo en el que ha destilado clase durante varios años. Su gol, el último como 'txuri urdin', coronó un triunfo vital de la Real ante un Sevilla empeñado en venirse abajo.
"Era la despedida de Carlitos", decía Zubeldia nada más acabar el partido. El chaval iba camino de ser el héroe con su gol nada más saltar al campo, pero la noche destinaba un último baile a Vela, que marchará a la MLS a ser parte primordial de una nueva franquicia.
El Sevilla, de nuevo, fue una sombra del equipo que puede ser. Tampoco fue un choque brillante para la Real, pero sí efectivo. Lo demostró en el 17 Íñigo Martínez, que apareció tranquilo por el corazón del área para cabecear un buen servicio de Illarramendi.
El gol empeoró aún más al Sevilla, que incluso pudo verse dos goles abajo si no es por una excelente manopla de David Soria. Sin embargo, el fútbol no entiende de lógicas y fue el Sevilla el que marcó al borde del descanso. Ben Yedder bailó en una baldosa a Diego Llorente y fusiló a un Rulli que pudo hacer bastante más.
Zubeldia y Vela devuelven la sonrisa a Anoeta
Con dos equipos pasando fatigas, lo normal es que en la segunda parte el miedo hiciera acto de presencia. Así fue. Ni Real ni Sevilla supieron plasmar su fútbol en ocasiones. Nada por aquí, nada por allá... hasta que asomó Zubeldia.
Anoeta silbó el cambio pero el chaval, con apenas 30 segundo en el campo, cambió pitos por locura al remachar a la red un servicio desde la izquierda. Un gol con el que Eusebio, su entrenador, se quitó un buen peso de encima.
Faltaba el último empuje de un Sevilla, que no llegó. Fue Vela el que abrochó el partido y su etapa en la Real con un gol muy de Vela, llegando desde atrás para marcar de zurda. Esa zurda que cruzará el charco dejando un vacío en Anoeta, que al menos tuvo tiempo de vivir la última gran noche del mexicano.