El golazo con el que Rashica abrió la lata en el Allianz Arena sirvió como acicate para el Bayern. Concretamente para Philippe Coutinho, que anotó el empate unos minutos más tarde y, ya en la segunda parte, el tercero con un tanto de bellísima factura.
Aun con 2-1 y el partido abierto, el brasileño recibió un balón largo y bombeado. En un principio, el control se le escapó, pero el centrocampista corrigió con un movimiento de crack. 'Cou' vio al guardameta Pavlenka ligeramente adelantado y finalizó con una vaselina para establecer el 3-1.
Fue el tanto que terminó de estirar al cuadro bávaro, que a partir de entonces fue una verdadera apisonadora ante un Werder Bremen que sólo podía contar el tiempo que faltaba para que concluyera una pesadilla que se alargó demasiado.
No contento con eso, el medio puso también el 6-1 con otra obra de arte al controlar el esférico en el vértice del área y colocar el cuero en la escuadra tras tocar el palo. De esa forma hizo 'hat trick' y completó una de las mejores actuaciones que se le recuerdan en Múnich.