La Selección Española de fútbol sumó este sábado a su palmarés la tercera plata en su historia -Tokyo 2020, Sídney 2000 y Amberes 1920-, aunque sabe a poco, tras perder a una final contra Brasil (2-1) en la que se pecó de ser blandos en defensa y en la que volvieron a sufrir en el lateral derecho por la lesión durante casi todo el torneo de Óscar Mingueza.
FALTA DE OFICIO EN DEFENSA
En una final no puedes cometer errores porque los acabas pagando. Y eso le pasó a España contra Brasil. Fallos impropios de jugadores asentados en la élite, a pesar de estar todos menos tres en edad sub-24, enfocados en la parte defensiva que fue la que decantó el encuentro.
Primero Marc Cucurella no pecó de confianza en un balón que acabó ganando Dani Alves por fe, perro viejo a sus 38 años, y puso al centro del área para que, entre tres centrales, Matheus Cunha bajase el balón y se quedase solo delante de Unai Simón. Pau Torres, con su 1,91 metros de altura, estuvo blando dejando botar el balón.
Y ya en la prórroga llegó la jugada que definió el partido. Obviamente Jesús Vallejo sale en la foto ya que Malcom, fresco tras haber entrado justo para el tiempo extra, le gana una carrera en la que el del Real Madrid partía con amplia ventaja. Pero esto se venía venir cuando Vallejo entró al campo; en velocidad no iba a ganar y tuvo que ser más fuerte, incluso jugándose la roja para parar la arrancada del exjugador del Barcelona.
Lo peor, que la jugada nace de un saque de esquina a favor. No puedes perder una final en el 108' en una acción así.
LAS LESIONES
¿Por qué Vallejo estaba de lateral derecho ante la velocidad de los brasileños? Primero, por la lesión de Óscar Mingueza. El defensa del Barça, quien se ha acostumbrado a jugar en dicha demarcación esta temporada, sufrió molestias musculares en el debut contra Egipto. Descansó y las pruebas y sensaciones del futbolista eran buenas, pero se volvió a romper.
Solo 9 minutos aguantó sobre el terreno de juego en cuartos de final contra Costa de Marfil, con Óscar Gil, el lateral derecho puro de la convocatoria, sancionado. Esta posición era la más débil de la convocatoria, pero además la suerte no estuvo del lado de España.
En el estreno contra Egipto también cayó lesionado Dani Ceballos, pero en su caso con un esguince de tobillo de grado II en el tobillo izquierdo que quedó solo en tarjeta amarilla para Taher Mohamed, a pesar de la intervención del sistema de videoarbitraje (VAR). Precio bajo para un futbolista que no ha podido volver a jugar.
Y su papel en el esquema de Luis de la Fuente iba a ser capital. Se especuló con su vuelta hasta el último momento, pero ese tobillo no va a estar listo hasta dentro de varias semanas. España perdió al jugador que más fútbol propuso en el torneo, y eso que jugó solo 45 minutos.
EL FÍSICO
España no dejó ningún partido de fútbol brillante en estos Juegos Olímpicos. Pero, ojo, llegó a toda una final y se volverá a Madrid el lunes con una plata al cuello. Sin embargo, acusó un ritmo cansino en el toque, siempre dando uno de más y costándole un mundo generar ocasiones en estático.
Sin Ceballos, todo el peso recayó sobre Pedri, pero le faltó lucidez. 73 partidos jugados esta temporada para un chaval de 18 años, aún podría estar en París 2024, que hace 365 días pensaba más en una cesión para tener minutos que en que iba a ser indiscutible con el Barcelona y con España.
Eso sí, no se ahorró ningún esfuerzo en la recuperación de balón, otra gran cualidad de Pedri de la que se habla menos. Pero que tiene que acompañar a sus grandes virtudes en ataque, no tener más protagonismo como pasó en estos Juegos. Los jugadores de campo de la Eurocopa, especialmente de ataque, donde se acusa más el desgaste, Pedri, Mikel Oyarzabal y Dani Olmo sufrieron el doble torneo.
LA FALTA DE GOL
A pesar de todo, y de tener la plata al cuello, España tuvo dos balones al travesaño en el 86' y 88' que hubiesen hecho que todo lo anterior no se escribiera. Pero no fue así, y no es casualidad.
Los de Luis de la Fuente han generado en todo el torneo muchas más ocasiones que goles. 82 disparos para nueve goles; solo un 10,97 por 100 de tiros acabaron en el fondo de la red. Mal endémico de esta selección ante el que Rafa Mir pareció emerger como salvador, pero gastó sus goles en este torneo contra Costa de Marfil con su triplete.
El único '9' puro de la convocatoria, cuyo futuro está encaminado al Atlético de Madrid, fue un recurso. Mikel Oyarzabal fue el falso delantero, fórmula que le dio el éxito a Luis de la Fuente en el Europeo Sub 21 que dio el billete a los Juegos Olímpicos. Marcó el gol de la final, con un gran remate, pero la derrota todo lo empaña.
Claves negativas de una España que aún así se hizo con la medalla de plata que, como bien aseguran sus protagonistas, "se valorará con el tiempo".