Si City y Liverpool se están mostrando intratables en el mano a mano por el título, la lucha por la Champions se ha quedado en una carrera de tortugas. El que cometa menos errores terminará metiéndose.
La ventaja que tenían tanto Manchester United como Chelsea tras haber jugado después de las derrotas de sus grandes rivales por las dos últimas plazas no sirvió para el fruto esperado.
Era más importante el choque para los de Solskjaer, quienes soñaban con un triunfo que les permitiera igualar en la tabla al Chelsea. Los de Sarri no salieron mal parados del todo, menos aún tras empezar perdiendo, pero podrían haber dado cerco al Tottenham y prácticamente haber finiquitado su clasificación.
Así que quedarán dos jornadas de infarto tras un partido en el que los dos rivales se repartieron las ocasiones y la frustración. Eso sí, el punto de partida mostró un United más ambicioso.
Alejado de la imagen blanda de los últimos partidos, fue a por el triunfo desde el inicio. Por eso marcó pronto. Lukaku, de nuevo en el once, dibujó un precioso pase para Shaw, quien le regaló a Mata el 1-0 en la frontal del área pequeña.
El partido se puso para hacer el segundo y mandar un obús a la línea de flotación del Chelsea. No llegó, así que a los 'blues' les valía para marcharse vivos al descanso.
Pero es que, además, tuvieron premio extra. De nuevo las manos de De Gea temblaron, como ocurrió en el Camp Nou. Kanté chutó desde su casa y no repelió el madrileño, quien dejó el balón manso para que Marcos Alonso remachara para empatar.
Tras la reanudación, el choque se movió a chispazos. Lo incierto del resultado quedó mezclado con la lesión de Bailly, quien se marchó al banquillo con mala pinta.
Fue el Chelsea quien acabó teniendo más ocasiones, incluidas tres en los largos siete minutos de añadido que hubo. En la última acción, De Gea sacó un mano a mano ante un Higuaín esquinado. Ahí estuvo el billete a la Champions.