No se mereció la victoria Boca. Ni el empate. El conjunto de Russo no hizo de La Bombonera este domingo su fortín y el equipo no demostró por qué es uno de los favoritos a llevarse la Copa de la Liga Argentina.
Mucho tuvo que ver la actuación de Talleres Córdoba, que desde el minuto uno supo a qué jugar y a cómo hacerlo ante los 'xeneizes', que no pudieron en 90' demostrar con continuidad superioridad sobre el verde.
La fluidez brilló por su ausencia en los primeros compases del choque. Ambas escuadras no lograban encontrar su ritmo, pero la 'T' aprovechó el despiste del cuadro local.
Andrade, en una salida de balón nefasta, regaló la pelota a los futbolistas de Alexander Medina. En una jugada que comenzó por la banda derecha, de esta salió un centro que remató Retegui, pero el meta logró tocar el esférico para que se estrellase en la madera. El rechace cayó en las botas de Auzqui, que no falló esta vez y logró abrir la lata.
Desde ese momento, Talleres pudo implementar su ritmo y juego en el verde de La Bombonera. Sin querer la pelota, esperó con paciencia los fallos de un rival que defensivamente estuvo lejos de su mejor nivel. De todos los 'xeneizes', solo Villa y Tévez lograron darle algo de luz a los suyos.
El 'Apache' comandó las ocasiones de Boca, pero ninguna acabó al fondo de la red en la primera mitad. Al salir de vestuarios, el duelo volvió una vez más al ritmo insípido y áspero del principio, aunque los de Russo empezaban a despertar a cuentagotas.
Al final, la plantilla local se encomendó a la suerte para empatar a poco del final. Tras un saque de esquina a favor, el futbolista visitante Michael Santos, en un intento de despejar el peligro de su área, mandó el esférico hacia su propia portería y colocó el 1-1 en el 82'.
Fue el colofón final de un 'Xeneize' que volcó a todos sus futbolistas en el campo de la 'T'. Llegó y llegó. Insistió e insistió. Fueron sus mejores minutos, pero sin ocasiones peligrosas de gol. Hasta que llegó la puñalada en el corazón de Boca.
Valoyes, cuando el cronómetro marcaba ya el final del añadido de la segunda mitad, remató con el interior de su bota un gran centro de Soñora para poner el 1-2 y desatar la euforia y locura en los suyos. Boca quedó helado en una Bombonera que pudo ver que su equipo acabó con un final doloroso, pero más que justo visto el resto del encuentro.