Polémicas al margen, si algo dejó claro el Valencia-Barcelona de Mestalla fue la debilidad exhibida por los azulgranas en el costado derecho durante la segunda mitad. Una debilidad que contrastó con la buena primera parte que hicieron Semedo y Rakitic.
El portugués estuvo especialmente activo en ataque en el primer acto y prácticamente siempre supo contener a su compatriota Guedes, algo que no lograría en toda la segunda mitad. Rakitic, por su parte, fue uno de los más activos en el ataque azulgrana, aunque los 'culés' se quedaron sin plasmar su superioridad al descanso.
Marcelino y Uría supieron ver la debilidad azulgrana en la banda derecha y cargaron esa zona del ataque en la reanudación. Guedes y Gayà machacaron una y otra vez a Semedo y aprovecharon cada subida del luso para buscar la contra por su parcela. Además, las ayudas de Rakitic ya no llegaban como en la primera parte y el cansancio del croata se haría patente en la acción del gol, que siguió como un espectador más sin ayudar a Semedo pese a estar al lado.
Valverde, cabreado por los mil y un ataques del Valencia en esa zona, decidió cambiar a los dos futbolistas y primero metió a Deulofeu por Rakitic para buscar el empate y luego sacó a Aleix Vidal por Semedo. Si bien el primero no estuvo nada acertado, Aleix sí que aportó algo de velocidad y contundencia y mejoró lo mostrado por Semedo tras el descanso.
Una debilidad, en cualquier caso, de la que Valverde ha tomado nota para no caer en el mismo error en posteriores encuentros.