Van Dijk era en aquellos momentos jugador del Groningen. De repente, el futbolista comenzó a notar un dolor abdominal.
El futbolista decidió acudir a los médicos en busca de respuesta, sin embargo no la encontró: no sabían qué le ocurría a Van Dijk.
En aquel momento, Van Dijk tuvo que quedarse en casa, en la cama, el dolor le impedía hacer absolutamente nada. Fue al hospital, pero no detectaron nada anómalo en el futbolista y le mandaron de vuelta a casa.
La madre de Van Dijk fue entonces al hogar de su hijo y lo encontró en la cama. Cuando vio su estado, se encargó de llevarlo a otro hospital para que le dieran una respuesta.
"Fue su madre quien lo llevó a otro hospital. Fue crucial", dijo Dick Lukkien, el que entonces era entrenador del Groningen, en una entrevista a 'FourFourTwo'.
Ya en ese hospital, los médicos le diagnosticaron una apendicitis, una peritonitis y una infección en el riñón. Tuvo que ser operado inmediatamente.
La madre de Van Dijk logró salvarle la vida. Unos momentos duros que marcaron al jugador 'red': "Todavía recuerdo estar tumbado en la cama. Mi cuerpo estaba roto... Colgaban tubos de mí. Los peores escenarios daban vueltas en mi cabeza. No lo olvido".