España no podrá revalidar su corona europea después de caer ante Italia en un partido de octavos de final de la Eurocopa que entrará en la historia de los enfrentamientos entre italianos y españoles.
El combinado de Del Bosque perdió media Eurocopa con la derrota ante Croacia en la fase de grupos y confirmó los peores augurios con un pésimo partido ante Italia en el que quedó de manifiesto el desangelado estado físico de 'la Roja'.
Inicio sorprendente.
Conte sorprendió de salida con un planteamiento ofensivo y una presión asfixiante que dejó sin ideas a los españoles. Busquets se veía superado una y otra vez por el centro del campo transalpino y los italianos llegaban a la contra con mucha facilidad al área de De Gea.
Así, no era extraño que el guardameta se transformara en el héroe del partido en cuestión de minutos. Lo fue por dos paradas inmaculadas ante Pellè y Giaccherini, aunque la segunda acción acabó estando invalidada por falta del menudo atacante transalpino.
Tanto llegaban y con tanta claridad los de Conte que el 1-0 sólo era cuestión de tiempo. Haciendo honor a la historia de Italia, el tanto que abrió el marcador llegó de la forma más fea posible, tras un rebote en un lanzamiento de falta de Eder que no pudo blocar con acierto De Gea y que impulsó a la red un Chiellini que entró solo a por el rebote.
Lejos de reaccionar, España todavía se vio superada en dos nuevos contragolpes por los italianos, pero primero Parolo no acertó a rematar a portería un buen centro desde la izquierda y luego De Gea volvió a aparecer para salvar a España en un lanzamiento con mucha intención de Giaccherini.
Escasa variación.
El 1-0 era una bendición para los españoles después de lo visto en la primera mitad, pero la segunda no ofreció muchas alternativas para 'la Roja'. De hecho, el paso de los minutos fue debilitando más y más a un conjunto español totalmente roto físicamente y que acabó por hincar la rodilla, poniendo fin a un ciclo triunfal en Europa que ha durado 8 años.
Italia pudo poner fin al sufrimiento transalpino mucho antes, pero De Gea salvó ante Eder en un mano a mano e Insigne disparó desde lejos en lugar de meterse en el área cuando tenía una autopista por el carril central del ataque italiano. España también tuvo las suyas, pero se encontró con un Buffon que a sus 38 años sigue siendo uno de los mejores guardametas del planeta.
El portero de la Juventus salvó una volea de Iniesta y un remate lejano de Piqué antes de hacer la gran intervención del partido, en el último minuto y ante un remate en el área pequeña del propio Piqué.
El partido estaba muerto y Pellè le echó el cierre con el 2-0 en el descuento, culminando la revancha más esperada por los italianos después de la humillación en la final de Kiev de hace cuatro años. Se abre un nuevo ciclo en el fútbol europeo.