Horas bajas, muy bajas en Almendralejo. El cuadro de Manuel Mosquera no logra levantar cabeza tras uno de los peores inicios de temporada que se recuerdan. Con permiso del Oviedo, por supuesto. Tras la derrota ante el Huesca, el técnico gallego se mantiene en la cuerda floja.
El comienzo liguero del conjunto oscense tampoco fue bueno. Los jugadores estuvieron permanentemente rodeados de dudas y especulaciones sobre sus aspiraciones en la presente campaña. Qué tendrá el fútbol, que con la victoria en el Francisco de la Hera el combinado aragonés se coloca en la zona de 'play off' de ascenso a Primera División.
Los futbolistas de Míchel comenzaron ganando antes del pitido incial. En convicción. Con Sergio Gómez a la cabeza, los visitantes acorralaron a sus rivales contra la portería de Casto hasta que llegó el gol. El catalán cedido por el Borussia Dortmund filtró el balón al espacio y Juan Carlos, libre de marca, hizo los honores.
A partir de ahí, el Extremadura impuso un ritmo de partido vertiginoso y buscó el tanto hasta la saciedad. Pero la falta de puntería y de confianza en los intentos y el acierto de Álvaro Fernández evitaron un empate que el conjunto extremeño mereció de manera sobrada.
Sin embargo, el gol no llegó y los locales se saturaron en el ataque. Míchel decidió dar entrada a Mikel Rico y a Dani Escriche, que le cambiaron la cara al Huesca. Supieron interpretar a la perfección lo que necesitaba el equipo: músculo en la medular y mantenimiento de la posesión en el ataque.
El fútbol le volvió a mostrar la cara de la derrota al cuadro de Almendralejo pero, esta vez, de manera injusta. Los jugadores visitantes aprendieron la lección del partido ante el Albacete y mostraron una réplica sobre el césped del Francisco de la Hera. Victoria por la mínima, con lo mínimo y defendiendo con uñas y dientes.