El duelo por el liderato entre Barcelona y Sevilla tuvo dos partidos en uno. El que se vivió hasta la lesión de Messi y en el que el Barça fue una apisonadora, y otro, tras la lesión del argentino, en el que el conjunto azulgrana tuvo tanta alegría en ataque como despistes atrás. 2-0 con el astro y 2-2 sin él, un reflejo bastante fiel de lo que es el Barcelona en la actualidad.
Hasta la lesión en el codo del argentino -no podrá jugar el 'Clásico' por una fractura en el radio-, el Barcelona recordó por momentos al de los mejores momentos de la temporada. Al que arrasó al Tottenham en Londres con una primera parte espectacular.
Ni había pasado un minuto y ya había sacado un córner. Y no se había llegado al minuto 5 y ya dominaba por 1-0. El primer tanto llegó en una buena diagonal de Semedo, que cuajó un gran partido y fue una solución más del Barcelona en ataque. El luso combinó con Suárez, que se la dejó a Messi. Y el argentino encontró entre líneas a Coutinho, que definió por la escuadra.
El Sevilla quiso reaccionar pronto y aprovechó las alegres subidas de Semedo por la banda para buscar superioridades en su lado. Así llegó el tempranero chut de Arana al palo, aunque, por desgracia para los de Machín, ese tipo de llegadas no se repitieron demasiado por el flanco del portugués. Y es que el conjunto hispalense abusó de la derecha y se convirtió en un equipo muy previsible durante la primera parte.
Todavía antes de la lesión que marcó el choque, el Barcelona iba a hacer el segundo. Suárez encontró con un pase de volea a Messi y el argentino, como solía hacer cuando actuaba como extremo derecho, recorrió la mitad del terreno de juego y definió con efecto al palo largo.
Un golazo y un comienzo tranquilo que iba a pasar a segundo plano en el minuto 17. Cayó Messi al suelo tras un pisotón de Franco Vázquez pero pronto se vio que no se había hecho daño en la acción de su compatriota y sí en la caída. Los posteriores intentos por vendarle para que pudiera jugar fueron baldíos, no se sabe si porque prefirieron reservarle o porque realmente no estaba en condiciones de continuar.
Otro partido sin Messi
Lejos de lo que podía pensarse, el Barcelona no acusó el golpe anímico. Y la primera mitad siguió estando dominada por los azulgranas. Gozó de dos ocasiones el sustituto de Messi, Dembélé, y también Coutinho, Semedo y Suárez se quedaron con las ganas de batir a Vaclík en la primera parte. Mientras, en la otra área, el Sevilla trataba de exprimir a un Jesús Navas inconmensurable, pero muy bien vigilado en todo momento por Jordi Alba.
El Sevilla siguió optando por la misma táctica tras el descanso. Navas insistió una y otra vez por su banda tras la reanudación, esta vez apoyado por un Sarabia que crecía con el paso de los minutos. Entretanto, Franco Vázquez apenas entraba en juego y acabaría por ser sustituido por Roque Mesa para buscar un mayor control en el centro de campo.
El Barça fue a más coincidiendo con la resurrección de Suárez, aunque también se benefició del partido mágico de Ter Stegen en la portería. Una doble parada imposible del alemán fue refrendada por el uruguayo, que se sacó un penalti de la nada en un contragolpe. Muy flojos Mercado y Carriço y muy inocente Vaclík, que arrolló al charrúa y tampoco pudo evitar el tanto en la pena máxima.
El 3-0 relajó atrás al Barcelona y el Sevilla lo aprovechó, siendo ligeramente mejor que los de Valverde en la última media hora. Sarabia acortó distancias y obligó a lucirse de nuevo a Ter Stegen con otras dos paradas para enmarcar tras el enésimo error de un desesperante Dembélé.
Los últimos compases sirvieron para que el público se entretuviera y presenciara dos nuevos golazos, de Rakitic y Muriel, aunque estos llegaron ya con los aficionados mirando de reojo las aplicaciones y las redes sociales para saber más de la lesión de Messi.
El argentino, incluso tras lesionarse, se convirtió en el centro de atención de un choque que deja al Barcelona como líder con ventaja sobre Sevilla, Atlético y Real Madrid. Y con el 'Clásico' a la vuelta de la esquina. Un Barça-Madrid que ya se dibuja en el horizonte sin la presencia de Messi. El primero sin Cristiano o el argentino desde aquel 0-1 del Madrid con Baptista al Barça de Rijkaard. Un partido de otros tiempos.