La historia de Didier Drogba está llena de grandes goles. Pero no era su único virtud. Se movía bien dentro del área y nunca daba un balón por perdido.
De hecho, la prueba de su instinto es este gol con el Olympique de Marsella ante el Inter de Milán tras un fallo estrepitoso previo al intentar empalar el primer remate.
El tanto en cuestión tuvo lugar en la ida de los cuartos de final de la Copa de la UEFA, extinta Europa League, y a la postre terminó siendo vital para el conjunto francés, que, merced a un 2-1 en el encuentro de vuelta, fue capaz de dejar en la cuneta al equipo neroazzurro y plantarse en las semifinales de la competición.