El Ajax tenía en su mano el pase a la final de la Champions. Un grupo de chavales que bordaba el fútbol se fue al descanso ganando 2-0, pero en el minuto 96 Lucas Moura, en la última acción, obró el milagro para el Tottenham.
Ziyech rememoró algunos pasajes de aquella pesadilla, aunque casi hablaban más por él sus gestos que sus palabras. "Quería que la tierra me tragase. No tengo palabras, no lo puedo dejar atrás. El dolor siempre te acompañará. Creo que no me pude dormir hasta las ocho de la mañana y estuve dos días seguido enfermo. No podía entrenar, este tipo de decepciones te hacen mejor a largo plazo.