Durante la fase de clasificación a la última Eurocopa -que, finalmente, no se disputó por la crisis del coronavirus-, Sergio Ramos hizo de capitán con la Selección Española. Tras marcar él un penalti ante Suecia, le dejó el segundo a Morata, que no falló desde los once metros.
Por entonces, el madrileño ya militaba en el Atlético, conque habían pasado unos cuantos años desde que no compartían vestuario. A pesar de su separación, el capitán del combinado nacional tuvo un gesto de complicidad con él para que se luciera.
Además, el duelo tuvo lugar en el Santiago Bernabéu. El defensa le brindó a su compatriota la oportunidad de redimirse y darle una alegría a los fans madridistas que acudieron a ver a la Selección, pues poca gracia les habría hecho que fichara por los 'colchoneros'.
La acción no les pudo salir mejor, pues Morata respondió con gratitud mandando la bola al fondo de las mallas. El resultado, de 3-0, sirvió como colofón a la fiesta de 'la Roja' en la capital de su país. Para los próximos compromisos internacionales, lo ideal sería que esta sociedad siguiera funcionando.