En el último duelo entre Vasco da Gama y Madureira, la resolución llegó gracias a un ataque relámpago. Por mucho que se proteste una acción, hay que mantener la atención en defensa, y es el error que cometieron los visitantes.
Los jugadores se centraron en exigirle al árbitro un fuera de juego y el cuadro local aprovechó para lanzar un rapidísimo ataque. Este, como no podía ser de otra manera, acabó con un gran gol.
Germán Cano fue el responsable de marcarlo. Corrió como una centella, se sumó a la jugada y mandó la bola al fondo de las mallas para firmar el único tanto de todo el enfrentamiento, el que valió por los puntos.