El brasileño sigue luchando por cumplir las enormes expectativas a las que todo joven futbolista de su edad -y precio- debe hacer frente. Especialmente cuando sus coetáneos Ansu Fati o Pedri, dos años más jóvenes que él, apenas le han costado dinero al Barcelona. El aficionado madridista siente que su tiempo de formación ya ha terminado. Ahora le toca brillar a Vinicius. Tampoco le ha beneficiado el lío con Benzema, sus palabras y las posteriores reacciones, aunque Zidane ha puesto calma.
No obstante, al extremo hay que reconocerle el mérito que supone ser el principal 'agitador' de un equipo como el Real Madrid. Al fin y al cabo, en apenas 7 encuentros ha marcado más de la mitad de los goles que hizo el curso pasado (5) en 38. Un promedio de 0,86 tantos cada 90’ de juego; de los mejores de LaLiga esta temporada. Una obvia mejoría que no todos reconocen.
Vinicius Jr. intenta 3,45 disparos y realiza 15 pases verticales por encuentro completo disputado, prueba inequívoca de su progresión ofensiva respecto al último año, en el que promedió 2,53 tiros y 10,9 envíos verticales por 90’. Su capacidad de desborde, en todo caso, es la que se ha resentido respecto a la temporada pasada.
La joven promesa 'canarinha' se cuenta entre los futbolistas que más regates intentaron por partido la pasada temporada en la Primera División española (9,85) y, aunque su efectividad no llegó al 50%, huelga decir que la de un especialista en la materia como Lionel Messi no superó el 55%. Este año, sus intentos de driblar al rival cada 90’ se han reducido a 8,05.
Quizás sea eso lo que le falte a Vinicius para volver a encandilar a su hinchada, a su entrenador y a sus compañeros: que sepa conjugar su renovado acierto con su capacidad para el desborde. En definitiva, una buena dosis de 'samba' que haga levantarse del sofá al más desafecto de los aficionados. Como dice la canción, todo arde si le aplicas la chispa adecuada.