Cuando el Madrid navegaba con poco rumbo por los campos de media España y Europa, en los peores momentos del equipo durante la temporada pasada, Vinicius se convirtió en la sonrisa del Bernabéu. Un niño de 18 años era el único -junto a Benzema y poco más- al que no le pesaba el escudo del 13 veces campeón de Europa. Este 20 de julio se cumple un año de su puesta de largo.
Aquel día, los más de 12.000 espectadores que acudieron al Bernabéu aprovecharon la tesitura para pedir a Mbappé. Fue entonces cuando un miembro de la junta directiva, como recuerda 'AS', señaló abiertamente: "Cuando vean jugar a Vinicius se van a olvidar a Mbappé". Obviamente, la brecha es bastante amplia entre el francés y el brasileño, pero el ex de Flamengo sigue puliendo detalles y creciendo a pasos agigantados.
Él mismo ha sido consciente de ello, su evolución quedó clara después de que Solari apostara por él. Antes, Lopetegui le mandó sin miramientos al Castilla. Sus carencias, lógicas en un jugador de su edad, no sepultaron las buenas maneras que arrojó en cada campo que pisó. En 31 partidos (20 como titular), marcó cuatro goles y repartió ocho asistencias. Y lo más importante, llevó el descaro por bandera.
El Madrid y el madridismo esperan muchísimo de 'Vini', que se ganó al vestuario desde el primer día. Y no solo a sus compañeros, también a un Neymar que le definió como el mayor talento joven que existe hoy en día. Faltaba por conocer cuál sería el estatus que Zidane iba a proporcionarle. El francés ya ha decidido: Vinicius parte con rol de titular, aunque tendrá que acostumbrarse a la banda derecha.
Porque la izquierda será el hábitat natural de Hazard, el centro lo ocupará Benzema y el sector diestro, al menos de partida, será para Vinicius. Es el nuevo tridente que amasa Zidane, que ha demostrado que no le tiembla el pulso a la hora de apostar por los jóvenes. Vinicius, que posiblemente cambie su dorsal, le ha ganado la partida a hombres como Asensio o Bale, con el que Zizou no cuenta.
La versión 2.0 de Vinicius aún está por descubrir, al igual que a su historia le restan innumerables páginas por escribir. Debe mejorar, faltaría más, sobre todo a la hora de enfocar la portería rival. Pero su velocidad, regate, talento, desparpajo y ganas de comerse el mundo han conquistado a su afición y, sobre todo, a un Zidane que dará rienda suelta a todo lo que lleva dentro el brasileño.