Los hechos ocurrieron durante el encuentro entre el FC Poltava y el FC Cherkaskyi Dnipro, clubes de la Segunda División de Ucrania. Un directivo del equipo local pidió a los ultras que no encendieran bengalas y recibió varios golpes.
La reacción del directivo fue dirigirse a la oficina del club y volver con una pistola. Los medios ucranianos señalan que, pese al nivel de tensión, no hubo que lamentar más problemas.