Al igual que la gloria de un título de contendientes inéditos en una Libertadores, la cara 'B' de la 'Superfinal' es algo que no debe perderse del imaginario colectivo de la afición argentina. Un espejo en el que mirarse y llorar, para que nunca más pueda volver a repetirse en ninguna latitud del planeta fútbol.
Eso ocurrió el 24 de noviembre y, 57 días después, las puertas del Monumental volvieron a abrirse para disfrutar de un espectáculo futbolístico... Para abrir el año en la Superliga Argentina, el vigente campeón de la Copa Libertadores recibía al segundo de la Liga. Una buena obra para inaugurar el 2019.
Claro, pero todo a ello era 'a priori'. El partido, aplazado en su momento y correspondiente a la jornada 8, resultó ser un bofetón de realidad para el 'Millonario'. Los de Gallardo se las prometían muy felices en su vuelta al ruedo, pero las sensaciones del conjunto de la franja respondieron a las dudas nacidas en el pasado Mundial de Clubes.
Sin suerte, pero sobre todo sin profundidad, los locales se toparon una y otra vez con la defensa del 'Halcón', que demostró porqué son los únicos capaces de seguirles el rastro a Racing, líder en solitario. En el primer tiempo, Rojas aprovechó una falta cometida en el balcón del área de Armani y la clavó rasa en su palo.
Miranda, el '10' de Defensa y Justicia, empezó entonces un recital controlando el 'tempo' del choque y provocando la ira de la medular 'millonaria'. Con más corazón que fútbol, los de Gallardo estuvieron muy cerca de conseguir el empate en varias ocasiones, pero ni Santos Borré, ni Quintero, ni Pratto tuvieron su día de cara a puerta.
Con la victoria, que por otro lado no silenció al Monumental en ningún momento del duelo, Defensa y Justicia se mantiene segundo en la tabla a tres puntos de 'La Academia'. River, con tres partidos menos, continúa en la decimoprimera posición, muy lejos de sus aspiraciones en la presente temporada.