El Barça se volatilizó en Balaídos y regaló un empate en lo que apuntaba a cómodo triunfo en el primer tiempo. Los azulgranas exhibieron efectividad arriba en los primeros 45 minutos y la fragilidad defensiva ya habitual atrás tras el descanso. El Celta se lo creyó y terminó levantando un 0-3 en la última acción del choque gracias a Iago Aspas.
Vigo acogió el último partido del Barcelona de Sergi y la ilusión por la llegada de Xavi pareció trasladarse al campo. La versión de los azulgranas en el primer tiempo fue la mejor de la temporada, no así su reacción a las adversidades tras el descanso. Hay mucho trabajo ahí para el nuevo técnico.
Ansu Fati disparó al Barça de salida. El canterano hizo otra maravilla para facilitar el control azulgrana casi de salida. Su golazo tras gran acción individual, la enésima maravilla; su lesión posterior, la enésima decepción. Ansu recibió de Jordi Alba y rompió con tremenda pausa a Hugo Mallo en el área. La puso en el palo largo para confirmar que está tocado por una varita otra vez.
El tempranero tanto tranquilizó a un Barcelona que llegaba de buscarlo hasta el límite en Kiev en un partido clave. Sin embargo, el control era hasta cierto punto engañoso, pues los azulgranas no vivían tranquilos atrás por los constantes despistes de Lenglet. El galo ya le había entregado en bandeja un mano a mano a Iago Aspas con su pasividad y luego hizo lo propio con Galhardo, pero el brasileño demostró estar al mismo nivel de concentración que el zaguero galo y ni controló el balón.
Un Barça implacable
La alegría del juego del Celta era la de la mayoría de partidos de la temporada y los réditos que obtenía, también. El Barça pareció sentenciar en su segunda llegada. Esta vez le tocó a Nico desbordar, de nuevo por la izquierda, y a Sergio Busquets, un sospechoso no habitual, ejecutar. Preciso tiro desde la frontal del centrocampista para el 0-2.
La segunda diana deprimió a los de Coudet, que aun así seguían creando peligro casi sin proponérselo. Tapia dispuso de un remate completamente solo en el segundo palo en una acción a balón parado ante la increíble pasividad para defender de los de Sergi.
Y de nuevo, como fue la tónica general en el primer tiempo, el Barça machacó en cuanto volvió a pisar área rival. Nico abrió a Jordi Alba, que le puso un caramelito a Memphis. El remate del neerlandés a la red confirmó que los problemas defensivos iban de la mano. Murillo le dejó rematar completamente solo.
El final del primer tiempo llegó con el disgusto de la lesión de Ansu Fati y también Hugo Mallo acabó roto por los constantes ataques azulgranas por su parcela. La sustitución de Eric García, en principio por amarilla, también escondió los problemas físicos del central. Y es que el Barça no solo perdió dos puntos en Vigo, también a varios pesos pesados. Tras el descanso, Nico fue el último caído en combate y el Barça terminó por desangrarse.
El Celta se lo cree
Con 0-3, Sergi lo tuvo fácil al descanso. Bastaba meter a Demir o a Coutinho por Ansu, pero eligió introducir a Balde fuera de posición. El canterano, discreto, no se sintió cómodo e invitó cada vez más a los celestes a meterse en el campo del Barça. El Celta lo tuvo todo de cara para la remontada. Chut fácil de Javi Galán, error grosero de Ter Stegen y gol de Iago Aspas nada más volver al campo.
Vigo se vino arriba con el 1-3 y al Celta le anularon hasta dos goles por fuera de juego de Galhardo y mano de Nolito. El ex del Barça hizo el 2-3 que sí que subió al marcador con Lenglet mirando y un cuarto de hora por jugarse. Coudet olió sangre y metió más y más atacantes, mientras los últimos minutos se convirtieron en un espanto para el Barça, que acabó metido en su área y defendiendo el resultado en un partido que tenía ganado.
Aunque Riqui Puig y Frenkie de Jong dispusieron de la sentencia a la contra, fue el Celta el que terminó encontrando un premio justo ante un Barça colgado del larguero. Iago Aspas cazó en el 96' un balón suelto y lo puso lejos del alcance de Ter Stegen con un tiro cruzado espectacular. Fue el epílogo a un partido increíble, que ratificó al Celta en el plano de las sensaciones y confirmó las dificultades de este Barcelona para ganar partidos. La ilusión por la llegada de Xavi es evidente, pero el primer casting para el nuevo técnico acabó con imagen y resultado nefastos.