Y el Barça apostó por el poderío ofensivo de Semedo

El jugador luso, de 23 años, es una de las joyas de la cantera del Benfica, club de procedencia en el que ha explotado este curso disputando 39 partidos entre la liga portuguesa y la Liga de Campeones, lo que le ha permitido dar el salto a la selección absoluta de su país con la que ha disputado la Copa Confederaciones.

Su precio: 30 millones de euros más 5 en función de su rendimiento deportivo, una cantidad similar a la que el Barcelona desembolsó en el verano de 2008 para contratar a Dani Alves, cuyo traspaso alcanzó los 36 millones de euros.

Semedo, como el brasileño, es un lateral ofensivo, con un gran despliegue físico -mide 178 centímetros y peso 72 kilos- que se caracteriza por su capacidad de desborde en ataque.

Un perfil similar, salvando las distancias, al de Alves, pues uno de sus puntos fuertes es la proyección ofensiva tanto abriendo la banda derecha, como doblando por dentro a los interiores.

Todo lo que el Barça ganará en ataque deberá taparlo en defensa. Semedo, que empezó su carrera como centrocampista, no es un lateral corrector y parte de la intensidad para desarbolar las defensas contrarias la pierde cuando tiene que ayudar a los zagueros.

Su físico privilegiado y sus ansias para llegar hasta la línea de fondo provocan que, a menudo, olvide sus espaldas. En el Benfica Luisao y Lindelöf cubrían sus excursiones, en el Barcelona lo deberán hacer Piqué y Umtiti que, además, tendrán que estar pendientes del recorrido ofensivo de Jordi Alba por la banda izquierda.

Tras un año muy regular en el Benfica, Semedo llega al Barcelona de la mano del agente de Cristiano Ronaldo, Jorge Mendes, que el año pasado ya consiguió que André Gomes, otro de sus jugadores, acabara también vestido de azulgrana.

El lateral luso aterriza a un club cuya filosofía de juego parece encajar a la perfección con su manera de entender el fútbol, aunque jugar en el Barcelona no es lo mismo que hacerlo en el Benfica.

Si a ello se suma la sombra de Dani Alves, que sigue presente en el imaginario de los aficionados del Camp Nou, su adaptación al ecosistema azulgrana es una incógnita que se empezará a resolver a partir de agosto.

De no cuajar, Valverde siempre podrá contar con Aleix Vidal, recuperar a Sergi Roberto para la banda derecha o recurrir a la ilusión del jugador del filial Sergi Palencia.