En la noche del pasado miércoles, Benzema cambió los pitos por alabanzas. El director técnico Zinedine Zidane volvió a confiar en su fútbol para situarlo en la posición que más le gusta. Benzema puso el punto de mira en un Nápoles que atacó primero, pero que sufrió la furia contenida de un Karim que regresó para elevarse y conectar un cabezado imposible para Reina.
El francés provocó el estallido de la grada de un Santiago Bernabéu que dejó de confiar en su olfato goleador, pero Benzema resurge en la Champions. Siempre lo hace. De hecho, es el futbolista que suma los mismos goles en Liga que en esta competición continental.
En el torneo de la regularidad sí se espera mucho más de Karim, pero en Champions siempre cumple. En ese campeonato que tanto le gusta al Real Madrid y que reluce en su vitrinas. El capitán Sergio Ramos ya lo afirmó al final del encuentro: "Cuando Benzema está bien, el equipo es otro".
Zidane quiso brindarle el premio al saber que la afición iba a ovacionar a su compatriota. En el minuto 82, Morata sustituyó a un Benzema que se reconcilió con la grada y cambió los infinitos pitos por un hueco en el corazón de la hinchada blanca.