Ya está. River dejó escrito su camino antes de viajar a La Bombonera y cumplió con el equipo 'B', aunque fue necesaria la entrada de los puntales del equipo para sobrevivir en Sarandí.
El partido, vibrante, amenazó con desvelar las debilidades de un 'Millonario' que de la mano de Gallardo ya es casi una divinidad. No era el momento, no antes de otra 'Superfinal'.
Por eso, el 'Muñeco' se guardó un as en la manga en caso de que el partido se pusiese cuesta arriba. Con Boca en el horizonte, River alineó a varios de los menos habituales, pero llevó a los mejores 'por si acaso'.
Necesidad o rodaje... el 3-1 de Arsenal de Sarandí animó los cambios del equipo de Núñez, que mutó con la entrada de Quintero.
Por suerte para el fútbol, el '10' de River no ha perdido ni un ápice de calidad y recupera su nivel a pasos agigantados. Estará en La Bombonera; un factor diferencial a tener en cuenta por el equipo Alfaro.
Los 'highlights' sirven para resumir sus virtudes, pues desde su entrada apareció en las dos jugadas más importantes de River. Una casi-asistencia en ambos goles, una estadística más valorada en básquet que en fútbol, pero que a los de Núñez les sirvió para ganar un punto.
Se lleve o no el Puskas, la pierna zurda del 'cafetero' es un prodigio. No importa el ángulo, esa forma de acariciar la pelota es única en Sudamérica.
Honor para Arsenal de Sarandí
Pero sería injusto pasar por encima del partido del 'Viaducto': siempre atento a las marcas, correoso, quizás nervioso al principio pero siempre valiente.
Se pusieron 2-0 -y gracias- en la primera mitad y amenazaron con pintarle la cara al campeón de América. El guardameta del visitante, Bologna, estuvo flojo en los tres goles, pero paró alguna que otra en los momentos de máxima sudoración.
Giménez respondió al 2-1 de Pratto a los cinco minutos pero colocó una trampa entre los suyos: una excesiva relajación que mató la ambición que respiró el equipo durante toda la primera mitad.
Turno para el '10'
Gallardo dio entrada a Quintero a falta de media hora. A los cuatro minutos, un córner botado de sus botas supuso el 3-2. Templado al corazón del área, el centro lo remató Pratto y lo 'remachó' Scocco. Doblete del '32'.
Su plaza entre líneas dio más presencia a River en ataque, que fue enjaulando metro a metro a Arsenal de Sarandí. Vaya cabreo de Rondina, los suyos se olvidaron de jugar al fútbol.
Y entonces, cuando el partido ya le daba la espalda al resultado, un nueva genialidad del colombiano abrió un espacio antes inexistente. Matías Suárez, primero, y Alvárez Suárez terminaron por fabricar el 3-3.
Y asi, con medio hora de fútbol, el 'Millonario' salvó el trámite y guardó el orgullo para lo que viene. Nos vemos en La Bombonera.