La pasada jornada el Real Madrid encaraba una importante salida ante el Athletic en San Mamés. Más importante aún, teniendo en cuenta que el Barcelona había empatado a dos goles ante el Celta de Vigo en el Camp Nou. El encuentro se presentaba como una oportunidad de recortar puntos con el líder, una oportunidad en la que no participaría, una vez más, el extremo galés Gareth Bale.
Tras el partido de Copa ante el Fuenlabrada, Bale volvió a terminar 'tocado'. En los últimos minutos de partido apenas se le vió correr. El jugador aseguró que sentía dolor, pero las pruebas a las que se le sometió tras el partido copero, desvelaron que el futbolista no sufría ninguna dolencia física. Por ello, en el club blanco empiezan a pensar que gran parte del problema viene del plano psicológico.
Un caso muy similar al del galés, y con el que se le está contínuamente comparando, fue el de Robben. El extremo holandés dio el salto al panorama futbolístico internacional al fichar por el Chelsea que, por aquel entonces, entrenaba Mourinho. Ya en su etapa en Inglaterra sufrió algunos episodios de lesiones que comenzaron a lastrar su carrera deportiva.
En 2007 fichó por el Real Madrid con la etiqueta de mejor extremo del mundo. Sin embargo, en muchos sectores de la prensa ya se le conocía como un jugador débil y era calificado como de 'cristal'. Y las sospechas se confirmaron. Durante sus dos temporadas en el equipo blanco sufrió un total de diez lesiones. Se llegó a publicar que entre roturas, esguinces. sobrecargas, golpes, y demás dolencias físicas, el holandés sufrió una lesión cada cinco partidos.
Todo ello le valió de excusa a Florentino Pérez para venderlo al Bayern de Múnich por 25 millones de euros. A partir de ese punto, la carrera deportiva de Arjen Robben dio un giro de 180 grados. No sólo dejó de lesionarse, sino que comenzó a liderar a su club y su Selección, llegando a conquistar varias Bundesligas, la Champions League en la temporada 2012-2013, y una final de Mundial con Holanda en 2010.
Como ocurre ahora con el caso de Bale, se aseguró desde el entorno del holandés, que su salida del Real Madrid le proporcionó tranquilidad y se benefició mentalmente de la llegada a un ambiente que confió en él desde el principio, y a un país muy similar a Holanda, donde todo le era más familiar. Y los datos apuntan a esta teoría. Robben suma ya siete temporadas en el equipo alemán rindiendo a un nivel muy alto.
Las similitudes entre ambos futbolistas no se ciñen, únicamente, a los problemas con las lesiones. Ambos son extremos, ambos son rápidos y verticales, y ambos tienen la velocidad como principal arma en ataque. El preparador físico del Bayern de Múnich en la época de Ancelotti, el italiano Mauri, aseguró que las características de juego de Robben lo hacían propenso a sufrir lesiones, y que por ello se le había adaptado el tipo de entrenamiento a sus características.
En ambos casos, la razón física de los problemas musculares podrían venir como consecuencias de disfunciones articulares. En el caso de Robben con origen en la cadera, y en el caso del galés, por la ya conocida protusión vertebral. En cualquier caso, y aunque la solución para Bale sea seguir los pasos de Robben, necesitará encadenar varios partidos a buen nivel en el Real Madrid, para poder dar el salto a un equipo top, como hizo el holandés en el Bayern.
Otro punto de vista que no se ha tenido en cuenta, es que el aspecto psicológico esté martilleando a Bale hasta el punto de noquearle. La presión de jugar en el Real Madrid, su falta de adaptación a la ciudad, reflejada también en el escaso castellano que habla tras varios años en el conjunto blanco. Todo eso sumado al bajo umbral de dolor que ha demostrado tener, le han convertido en ese juguete roto del que todo el mundo habla.