Después de la tormenta, siempre llega la calma. Y viceversa, porque antes de los nubarrones también se puede ver el cielo despejado. Y en este segundo caso se encuentra el Real Madrid.
El parón liguero ha apartado los focos de los clubes para darle su dosis de protagonismo a las selecciones. Pero tras esa pausa, se avecina una buena tormenta que deberá saber lidiar el cuadro 'merengue' para seguir creciendo este curso.
Este fin de semana visitará al Mallorca. El conjunto balear no ha arrancado bien en Liga y ocupa puestos de descenso con siete puntos de 24 posibles. No será una visita agradable para los blancos, que guardan algunos malos recuerdos del equipo bermellón y que sentirán el sábado en el cuello la necesidad mallorquina.
La dificultad va en aumento según pasemos hojas del calendario. Entre semana, el martes 22, a los chicos de Zidane les tocará viajar a Turquía para medirse al Galatasaray en el siempre incómodo Türk Telekom Arena. Si en Liga es líder e invicto, en Champions aún no conoce la victoria el conjunto madridista.
El colmo de los colmos llegará el sábado 26. El Barça será el atractivo pero peligroso puerto de montaña de una carrera que, si bien no será determinante (salvo catástrofe en Turquía), sí que será un buen termómetro para saber en qué punto se encuentra el equipo.